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Afortunadamente, varios artistas plasmaron en sus obras el proceso revolucionario. Aquí se muestra la obra de los fotógrafos Agustín y Víctor Casasola y del cineasta Salvador Toscano. Venustiano Carranza se convirtió en el “Primer Jefe” en Veracruz, mientras que en el norte Álvaro Obregón libró muchas batallas para mantener en raya a los ejércitos de Villa y Zapata, los cuales permanecieron en Morelos. Los constitucionalistas simplemente querían paz y regresar a los tiempos de Madero, mientras que Villa y Zapata querían mucho más.

La fotografía de Agustín Casasola y los fotógrafos de los EE.UU.

Flora Lara Klahr escribe en Jefes, Héroes y Caudillos, que las fotografías del Archivo de Casasola de la Fototeca del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), eran consideradas como la representación más fiel de la naturaleza y la humanidad. Cuando la prensa empezó a usar fotografías, añadió una nueva dimensión a la cobertura de la vida cotidiana. La contribución de Agustín Casasola a la narrativa visual de la Revolución Mexicana muestra la capacidad de una fotografía para captar en una imagen la realidad de la vida cotidiana.

Una breve búsqueda de imágenes de la Revolución Mexicana en la Biblioteca del Congreso arroja una gran cantidad de fotografías. Aunque sin dejar de valorar el aspecto técnico de la fotografía, lo más importante para Casasola era mostrar objetivamente la experiencia social.

Robert Runyon, que abrió su primer estudio fotográfico comercial en 1910, es otro fotógrafo cuya obra forma parte de los fondos de la Biblioteca del Congreso. Runyon acompañó al ejército constitucionalista del general Lucio Blanco a partir de junio de 1913, y fue el único profesional que tomó fotografías en dos escaramuzas en territorio estadounidense en 1915; una fue en el Norias Ranch cerca de Kingsville, Texas, y la otra fue en el lugar del descarrilamiento de un tren en Olmito, Texas. El Bain News Service [Servicio de Noticias Bain], bajo la dirección de George Grantham Bain, coleccionó fotografías de los combatientes y sucesos durante la Revolución para su distribución en periódicos de todo el mundo. Aproximadamente unos 40.000 negativos de Bain forman parte de las colecciones de la Prints and Photographs Division [División de Grabados y Fotografías] de la Biblioteca del Congreso.

Album histórico gráfico: contiene los principales sucesos acaecidos durante las épocas de Díaz, de la Barra, Madero, Huerta, Carbajal, La Convención, Carranza, De la Huerta y Obregón, en 15 cuadernos de 200 páginas (Vol. 2 de 5. Mexico, 1920). F1231.5 G666 1920. Catalog record. General Collections, Library of Congress.

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Obregón elige a Carranza en lugar de Villa

Como Carranza desconfiaba de Pancho Villa, el Primer Jefe quería que Obregón posicionase su ejército entre la Ciudad de México y Villa para que éste no fuera el primero en tomar la capital. A finales de julio de 1914, el ejército de Obregón estaba desplegado a las afueras de la Ciudad de México, Villa estaba inmovilizado en el norte cerca de Torreón y Obregón no estaba seguro de las intenciones de Carranza una vez que derrotase a Villa. Por lo tanto, del 14 de agosto a mediados de septiembre de 1914, tuvo una serie de reuniones con Villa para negociar un acuerdo de paz, que también le permitieron tomar la medida a su potencial enemigo. Los dos generales llegaron a un acuerdo provisional; ambos instaron a Carranza a que asumiera el título de presidente interino para poner fin a la situación extralegal en la que se encontraba como Primer Jefe. Ese acuerdo también incluía disposiciones para evitar que los dos comandantes militares y Carranza se presentaran a las elecciones. Villa y Obregón también estuvieron de acuerdo en la adopción de medidas para la redistribución de tierras. Carranza no aceptó estas condiciones y convocó una convención para el 1 de octubre de 1914.

Cuando Villa empezó a mostrar su descontento con Carranza, Obregón le recordó que había firmado el Plan de Guadalupe. Para el 16 de septiembre de 1914, sin embargo, Obregón estaba bastante seguro de que Carranza y Villa iban a permanecer aliados por mucho tiempo y visitó el campamento villista una vez más. Una vez allí, Villa lo acusó de traidor y ordenó fusilarlo. Por suerte para Obregón, nervios más templados se impusieron. Éste se defendió sosteniendo que su muerte solo ayudaría a Carranza, y al mismo tiempo, había generales villistas que también se oponían a su fusilamiento. Por lo tanto, se le permitió salir para la Ciudad de México pero, casi de inmediato, Villa ordenó que el tren regresara. Sin embargo, después de que el tren de Obregón había partido de nuevo, Villa, todavía con la intención de matarlo, ordenó que lo parasen. Con la ayuda de los generales villistas Eugenio Benavides y José Robles, Obregón escapó en un segundo tren y regresó a la Ciudad de México. Los intentos fallidos de Villa para asesinar a Obregón tuvieron un gran impacto pues, hasta aquél entonces, Obregón y Villa tenían mucho en común; mientras que Obregón y Carranza aparentaban estar en las antípodas.

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Los revolucionarios se separan

Los éxitos militares de Villa y la habilidad política de Carranza, condujo a la separación de bandos. El desacuerdo entre Villa y Carranza era tal que parecía ensombrecer su objetivo común de derrocar a Huerta. Los revolucionarios tenían que tomar Zacatecas, una de las ciudades clave que tenían que ser conquistadas antes de que las tropas pudieran avanzar sobre la Ciudad de México. Sin embargo, Carranza, preocupado por el éxito que Villa podía alcanzar en Zacatecas, le encargó tomar una ciudad menos importante, por lo que puso al general Pánfilo Natera en su lugar, retrasando con ello la conquista de la ciudad.

A pesar de las divisiones dentro de sus mandos, los revolucionarios ganaron la Batalla de Zacatecas. Como consecuencia de esta victoria tan crucial, Huerta se exilió en España. La nueva vacante en la presidencia dejó abierto el tema de la sucesión; había varios candidatos altamente cualificados con agendas diferentes. Se organizaron varias convenciones, incluida la de Aguas Calientes, donde los representantes de los líderes revolucionarios más importantes se reunieron para tratar las posibles soluciones al tema de la dirección del movimiento. Aunque los revolucionarios discrepaban claramente con las políticas de Huerta, tenían poco más en común.

La Convención de Aguascalientes resultó en la selección de un presidente provisional, Eulalio Gutiérrez, de Coahuila. Gutiérrez fue elegido porque los asistentes lo vieron cómo un líder débil. Carranza estaba especialmente contrariado porque Gutiérrez le confirió a Villa el mando del ejército Convencionista. El alboroto que se creó inició una nueva fase de la Revolución que puso de manifiesto la diversidad de opiniones dentro de la rebelión contra Huerta.

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La Convención de Aguascalientes y la ruptura constitucionalista

Incluso durante la lucha contra Huerta, Pancho Villa se irritaba por tener que obedecer las órdenes de Carranza. En un intento por detener la insubordinación de Villa, Carranza cortó los envíos de suministros a su División del Norte. Villa se rebeló el 22 de septiembre de 1914 y Emiliano Zapata se unió a él. Después de su regreso a la Ciudad de México, Obregón convocó una reunión de los comandantes revolucionarios en Aguascalientes para apartar a Villa y a Carranza de posiciones de liderazgo, pero éste último convocó una asamblea para el 1 de octubre de 1914 en la Ciudad de México. Ningún delegado honró su llamada; por el contrario, los líderes de la Revolución decidieron ponerse del lado de Obregón, el aparente conciliador. Obregón quería que sólo militares asistieran a la convención, bloqueando de esta manera a civiles como Carranza. Los líderes militares eran de la opinión que tenían que excluir a civiles, porque la Revolución todavía continuaba.

La Convención de Aguascalientes se reunió a finales de septiembre de 1914 y Obregón intentó negociar una paz entre la coalición encabezada por Villa y los carrancistas para aliviar las tensiones entre las dos facciones. Carranza se ofreció salir de México y entregar sus fuerzas al general Pablo González, si Villa hacía lo mismo y entregara las suyas al presidente de la Convención, Eulalio Gutiérrez, y también abandonara México. Entonces los generales constitucionalistas podrían elegir a un nuevo líder. Sin embargo, el 18 de noviembre de 1914, Gutiérrez nombró a Villa jefe de los ejércitos de la Convención con muchos generales tomando bandos; unos a favor de Villa y otros a favor de Carranza. González y Álvaro Obregón se aliaron con Carranza contra Villa y Zapata. Eventualmente la Convención se disolvió. El 17 de noviembre de 1914, Obregón hizo público un manifiesto apoyando a Carranza, y en el que declaraba a Villa, Felipe Ángeles y José María Maytorena una trinidad impía de monstruos sin otra inclinación más que cometer crímenes y traicionar a México. Como las fuerzas constitucionalistas se encontraban en inferioridad numérica, tanto en efectivos como en armamento, abandonaron la Ciudad de México alrededor del 20 de noviembre de 1914 y restablecieron un gobierno Constitucionalista en Veracruz, el puerto más rico del país.

Obregón pasó la mayor parte de diciembre tratando de averiguar con qué apoyo y recursos podría contar en la lucha que se avecinaba contra las fuerzas Convencionistas de Villa. Obregón tomó Puebla, al sureste de la Ciudad de México, el 5 de enero de 1915, y comenzó la contraofensiva contra los convencionistas. Para finales de enero, Zapata y Villa habían abandonado la capital, dejándola en manos del presidente interino que ambos habían elegido, el general Eulalio Gutiérrez. Obregón tomó de nuevo la Ciudad de México para los constitucionalistas el 28 de enero de 1915, sin oposición, pues Gutiérrez había huido. Mientras se encontraba en control de la Ciudad de México, Obregón exigió públicamente que la Iglesia Católica pagase 500.000 pesos a los Constitucionalistas para hacer frente a las necesidades más inmediatas de la capital. Cuando los clérigos no ofrecieron el dinero inmediatamente, el general arrestó a muchos de ellos. Obregón también impuso un impuesto sobre las inversiones de capital en la Ciudad de México con el objetivo de ayudar a los pobres a obtener artículos de primera necesidad. Cuando los hombres de negocios de la ciudad rehusaron pagar el impuesto también fueron arrestados y luego los obligó a barrer las calles de la ciudad para humillarlos.

El 12 de diciembre de 1914, Obregón escribió una carta al general Eulalio Gutiérrez, presidente de la Convención en Aguascalientes, acusándolo de actuar como "la herramienta de la traición" al ayudar a Villa.

Álvaro Obregón to Eulalio Gutiérrez, 12 December 1914. General Collections, Library of Congress. Immediate Causes of the Present Conflict in Mexico (NP, 1914). F1234 .I33.

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La Guerra Civil – panorama general

Después de derrotar a Huerta en 1914, los rebeldes lucharon entre ellos sobre quién debería gobernar México. El presidente interino Eulalio Gutiérrez era muy poco conocido para el público en general. La alianza Carranza-Obregón reconocía a Carranza como Primer Jefe gobernando desde Veracruz, pero la alianza Zapata-Villa estaba dividida entre Zapata, que apoyaba a Roque González Garza, de Durango, y partidario de una reforma agraria, mientras que Villa actuaba como si fuera el jefe de estado en Chihuahua, emitiendo incluso su propia moneda. Si Zapata representaba el ala izquierda de la coalición de Villa, la familia Madero, los hermanos Cedillo, Carrera Torres, José María Maytorena y Felipe Riveros, representaban la más conservadora. Guerras civiles se sucedieron en diferentes estados; en algunas ocasiones las fuerzas de la coalición ganaban en uno, solo para ser derrotadas en otro. Los generales cambiaban su apoyo de un candidato presidencial a otro y hacían y deshacían coaliciones. Aunque las coaliciones más fuertes eran la Convencionista de Zapata y Villa y la Constitucionalista de Carranza y Obregón, no eran las únicas.

La coalición Constitucionalista de Carranza estaba dividida con una mitad en el este y la otra en el oeste. Las comunicaciones tenían que hacerse por mar para que los Convencionistas no interceptaran los mensajes. Incluso en los estados que estaban bajo su control, la gente veía a Carranza como un extraño, por lo que sus fuerzas pasaban tanto tiempo sofocando rebeliones locales, como luchando contra las otras coaliciones. Incluso Obregón llegó a pedir su dimisión y para 1916, la coalición se dividió en dos.

Los Convencionistas controlaban la mayor parte del país a lo largo de un eje norte-sur, de Chihuahua a Morelos. Villa y Zapata tenían grandes masas de seguidores a nivel nacional, un gran apoyo internacional, y muchos grupos campesinos se les unieron atraídos por su liderazgo personal. Sin embargo, los intereses de Villa y Zapata eran más bien de carácter regional y no nacional, y no tenían una visión de cara al futuro. Además, la coalición estaba claramente dividida entre los partidarios de Zapata – una clase agraria predominantemente de Morelos – y aquellos que seguían a Villa.

De hecho, los Constitucionalistas estaban más unidos militarmente, tenían más recursos económicos, y unos objetivos nacionales más claros. En febrero de 1915, el presidente interino Eulalio Gutiérrez huyó de la capital y Obregón tomó la Ciudad de México sin oposición. Gutiérrez estableció un nuevo gobierno en Nuevo León, todavía afirmando ser el presidente legítimo de México, pero todos lo ignoraron. De hecho, los candidatos presidenciales de todo el país se negaban a reconocerse unos a otros y rechazaban el dinero de sus oponentes, los documentos certificados y las promesas hechas al pueblo.

La lucha se hizo más sangrienta a medida que generales – especialmente Obregón – y las coaliciones adoptaban las nuevas tácticas y estrategias de la Primera Guerra Mundial. A lo largo de 1915, las bajas civiles se dispararon y las atrocidades se convirtieron en algo común. Villa prefirió continuar con las cargas masivas de caballería que habían funcionado tan bien hasta aquel momento, aunque algunos de sus generales, en particular el general Rodolfo Fierro, disfrutaban usando las nuevas tácticas y eran conocidos por su crueldad. Obregón se hizo famoso por ser un estratega astuto y respetado por su trato justo a prisioneros y civiles. Zapata adoptó nuevas tácticas de guerra de guerrillas y ataques relámpago. La lucha continuó de 1914 a 1916, sin que nadie pudiese conseguir una clara victoria.

Este mapa muestra los territorios de las diferentes alianzas rebeldes en México. Fue publicado en 1913 por la Rand McNally Publishing House y muestra claramente las ventajas territoriales de la coalición Villa-Zapata en comparación con los territorios dispersos de la alianza Carranza-Obregón.

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Salvador Toscano: filmando la Revolución

Salvador Toscano Barragán, nacido en Guadalajara, Jalisco, adquirió un proyector Lumière en 1897. En las postrimerías del porfiriato y durante la Revolución, Toscano contribuyó tanto para el desarrollo del cine como Agustín Casasola para la fotografía. Una de sus contribuciones más importantes para la historia visual de la Revolución Mexicana es la película Memorias de un Mexicano, producida por su hija Carmen. Ángel Miquel, autor del libro Salvador Toscano, escribe que la película incluía escenas de calles desiertas, cañones en acción, edificios destruidos y camiones transportando heridos. La película fue una de las más realistas de su día.

Esta es un fotografía de la Comisión Geográfico-Exploradora de Quintana Roo, de la que Salvador Toscano llegó a formar parte en 1916.

Fotografía de la Comisión Geográfico-Exploradora de Quintana Roo, 1918, donde se pueden ver árboles de Chico Zapote, posiblemente incluye a Salvador Toscano. Comisión Geográfico-Exploradora de Quintana Roo (Mexico, 1918). Image of the HC137. Q5 A5 1918

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Carranza asume la presidencia

La Convención de Aguascalientes tenía tres preocupaciones principales: el gobierno pre-constitucional, las reformas sociales que necesitaban llevarse a cabo antes de que se formase un gobierno constitucional, y cómo un gobierno pre-constitucional debería entregar el poder a un gobierno constitucional. Como Carranza era el Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, se convirtió en el líder del gobierno pre-constitucional. Carranza ya había delineado sus propuestas para reformas socioeconómicas al pueblo mexicano en un intento por ganarse su apoyo.

A finales de 1916, Álvaro Obregón y otros líderes militares de alto rango fundaron el Partido Liberal Constitucionalista (PLC). El PLC apoyaba al ejército y las políticas de Carranza y contribuyó a que éste alcanzase la presidencia en 1917. A pesar de que se daba por hecho que Carranza iba a ganar la elección, la participación de la gente fue muy alta; se emitieron más votos en 1917 que en cualquier otra elección anterior.

En mayo de 1917, Carranza prestó juramento de su cargo frente al Congreso Nacional, el primer presidente electo de México desde el asesinato de Francisco Madero cuatro años antes, en 1913.

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1916–1919: gobernando con Carranza y el retiro de Obregón

Después de la derrota de la Alianza Convencionista de Villa y Zapata, Carranza nombró a Obregón Secretario del Ejército y Marina. Obregón modernizó las fuerzas armadas convirtiéndolas en una fuerza de combate profesional. Fundó una escuela para la formación de oficiales, una escuela de medicina militar, así como también, un Departamento de Aviación, que incluía una escuela para la formación de pilotos. Obregón también puso las fábricas de municiones bajo control militar.

Como Secretario del Ejército y Marina, Obregón también tuvo que coordinar con Estados Unidos cuando Villa atacó Columbus, New Mexico. Obregón se reunió con el General Hugh Lennox Scott el 28 de abril de 1916 en Ciudad Juárez, al otro lado de la frontera de El Paso, Texas, para tratar la retirada de México de las tropas de EE.UU. Obregón sólo tenía permitido aceptar una retirada completa de las tropas estadounidenses, por el contrario, Scott no tenía permitido aceptar una retirada completa hasta que Villa hubiera sido apresado. Obregón y Scott llegaron a un acuerdo el 3 de mayo, EE.UU. retiraría sus tropas gradualmente y el gobierno mexicano asumiría la persecución de Villa. Carranza negó la existencia de tal acuerdo porque ayudaría a Obregón políticamente.

Para finales de 1916, Obregón había roto con Carranza, aunque no podía arriesgar una ruptura pública con el Primer Jefe. Por lo tanto, intentó maniobrarlo políticamente. Carranza sospechaba que Obregón estaba enviando a los delegados más radicales a la Convención Constitucional de 1917. En realidad, los miembros más radicales del Congreso Constitucional no eran, estrictamente hablando, obregonistas; Obregón era más partidario de ellos, que ellos de él. La Constitución de 1917 estableció una hoja de ruta a seguir por los revolucionarios, obligándolos a presionar por las mejoras sociales estipuladas en el documento, así como también, reforma agraria, derechos laborales, y la separación Iglesia-Estado. Obregón también estaba a favor de un control civil del gobierno y, en mayo de 1917, se retiró del ejército después de la derrota final de Villa y la retirada de la Expedición Punitiva de Pershing. Obregón regresó a sus proyectos de agricultura usando su considerable poder para hacerse con las tierras de los enemigos de la alianza Constitucionalista, así como también, agrupar en una cooperativa a agricultores de Sinaloa y Sonora. La cooperativa fue un negocio muy lucrativo para el ex-general; sólo en 1918 ganó $50.000 dólares con la exportación de la cosecha de garbanzos de su cooperativa. Su pequeña propiedad en Sonora aumentó de 180 hectáreas a 1.416. Durante su ausencia del gobierno nacional, Obregón también cultivó su imagen internacional. A medida que la Primera Guerra Mundial llegaba a su fin, dejó claro que sus preferencias estaban con los Aliados en lugar de con Alemania, al contrario que Carranza que se inclinaba por los alemanes.

"Gen. Álvaro Obregón." Prints and Photographs Division, Library of Congress. LC-DIG-ggbain-25501.

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